¡pa' que no te olvides!!!

jueves, 18 de febrero de 2010

TEATRO Y MIMOS: “MENSAJEROS DE CRISTO”

UN DIÁLOGO CON MI IGLESIA Edición Revisada por Ivette Pérez y Elizabeth Guzman
PERSONAJES:NARRADORJOVENIGLESIAHIPPIE2 RELIGIOSOSROCKERA / EMO2-3 PERSONAS EN LA PARADA
NARRADOR: Cada uno de nosotros tiene diferentes sentimientos con respecto a la relación con nuestros hermanos en Cristo. Algunos no tienen problemas, aman a sus hermanos, y aunque algunas cositas no les gustan, no le dan mayor importancia. Estos son los que tienen una actitud positiva frente a los demás.
NARRADOR: Otros, en cambio, sin tener necesariamente una actitud negativa, no se sienten cómodos en la iglesia. Las razones pueden variar, pero por lo general es porque piensan que en realidad “no es para ellos”. Algunos ven al fanatismo, la hipocresía, frases o tradiciones indiscutibles como el problema.
NARRADOR: Los seres humanos reaccionamos de diferentes maneras frente al mismo hecho. Nuestra intención con este sketch es analizar estos problemas y tratar de escuchar lo que nos dice la iglesia para poder encontrar un camino de comprensión que refuerce nuestra fidelidad a Dios y a Su Iglesia.
El joven se encuentra en el centro del escenario en la parada de camiones, junto con otras personas, esperando a que llegue el suyo, mira de un lado para otro, esperando impacientemente. Del otro lado del escenario entra la iglesia, ve al joven y se acerca sonrientemente hacia el. El joven la ve y se pone nervioso trata de esconderse detrás de las demás personas que están en la parada. Cuando ella se acerca, finge que no la ve y trata de huir antes de que ella se acerque más, pero la iglesia lo alcanza y lo toma del hombro antes de que se pueda ir.
IGLESIA: Hola, ¿como estas?
JOVEN: ¡Iglesia! Muy bien ¿y tú?
IGLESIA: Me enteré que ya te graduaste. ¡Felicidades!
JOVEN: Si ya por fin, gracias.
El joven sonríe un poco nervioso y notablemente incómodo. La iglesia se da cuenta.
IGLESIA: ¿Podemos hablar? Ya tiene mucho que no te vemos en la unión de jóvenes.
JOVEN: Si… Bueno, es que pues… he estado ocupado. La escuela y esas cosas… ¡Tú sabes!
La iglesia lo mira, no cree lo que le está diciendo y está un poco resentida.
IGLESIA: (en tono de preocupación) No me había dado cuenta de que estabas abandonando a Dios.
El joven mira al cielo, molesto, como diciendo “ya va a empezar”.
JOVEN: ¡¿Por qué siempre tienes que hacer eso?! Piensas que nuestra relación es la misma que mi relación con Dios. (El se queda pensativo un momento.) De hecho… Dios y yo nos llevamos muy bien. ¡Tú eres el problema! (La señala poniendo énfasis en las palabras.)
La iglesia se ríe, como si fuera la cosa más ridícula que hubiera escuchado en su vida, pero
está molesta.
IGLESIA: ¿Yo soy el problema? Sí, creo que definitivamente si necesitamos hablar. A ver, ¿qué es lo que no te gusta de mí?
JOVEN: No es cuestión de gustos. Es que ya me cansé de que todos los fines de semana tenga que, a fuerza, estar reuniéndome contigo. Es que ya no siento necesidad de ti, ¿sabes? (se detiene un momento) Y no es que no crea… ¡Yo creo! Pero si todo lo que necesito es una relación personal con Dios, entonces dime. ¿Dónde entras tú? Si yo solo puedo relacionarme con Dios, ¡entonces no te necesito! Iba contigo porque hay algunas cosas que necesitaba de ti, pero simplemente no las estoy consiguiendo.
La iglesia está indignada.
IGLESIA: ¡Lo sabia! ¿Has estado yendo a otras iglesias, verdad?
La iglesia mira a su alrededor, celosa. El joven la mira, molesto, como diciéndole “ese no es el punto”.
IGLESIA: ¿Con quién te fuiste? (Mira a su alrededor, en la parada del camión ve a una chava con su ipod tarareando una canción) (señalándola discretamente) a ya se los que siempre se roban a todos con su música movidita y sus bailes! (Lo dice con desdén.)
JOVEN: No, no estoy yendo con ellos.
Enfrente de ellos pasan 2 mormones con sus mochilitas, la iglesia los mira celosa.
IGLESIA: mmm entonces ¡Tuvieron que ser ellos, con sus güeritos caminando por todos lados!
El joven no dice nada, solo lo mira molesto. Ella esta desviándose del tema. La iglesia lo mira, pensativa. Caminando en sentido contrario a los mormones viene uno con facha de hippie. La iglesia lo ve y luego en su mente se le ocurre algo que no había pensado antes.
IGLESIA: ¡Ay solo no me digas que estas con los Budistas porque me infarto!
JOVEN: ¡Nada que ver! ¡Ya perdiste totalmente el punto de lo que te estaba diciendo!
IGLESIA: (Indignada) Y según tu, ¿cual fue el punto entonces?
JOVEN: (Piensa por un momento y luego responde.) Tú debes de mostrarme claramente a Cristo y su amor. Que veas mis necesidades y me apoyes. Necesito una iglesia de la cual estar orgulloso, una iglesia…
IGLESIA: (Interrumpiendo.) Ay sí, sí, ya sé… Sin hipócritas ¿verdad? (Ella hace cara como de que ha oído lo mismo miles de veces.) Ustedes siempre se quejan de ellos.
JOVEN: (Lo piensa un momento y luego continúa) No sólo sin hipócritas, sino también sin cobardes, sin chismosos, sin calientabancas y sin fanáticos.
IGLESIA: (Se sorprende.) ¡¿Fanáticos?! (Se queda pensativa un momento, reflexionando). Si, tienes razón. Sinceramente a veces no soy el ejemplo que debiera ser…
JOVEN: (Sorprendido también.) ¿Lo admites?
IGLESIA: ¿Qué más puedo hacer? ¡Además no es como si pudiera rebajar mis ideales! La gente espera cosas de mí. Las personas no siempre concuerdan sus ideales con sus acciones, ¿que se le va a hacer? Además es muy difícil mantener a tanta gente unida. ¡A veces uno no puede agradar a todos!
JOVEN: Ya que lo mencionas pues eso es lo que no entiendo, si eres la iglesia deberías ser eso ¿no? U n i d a. (con molestia).
El joven comienza a caminar por el escenario, dejando atrás la parada. La iglesia se da cuenta y lo sigue.
IGLESIA: ¿Estás diciendo que no lo soy?
JOVEN: (Con firmeza.) Estoy diciendo que mas bien parece como si muchas veces no has estado haciendo lo que debes… estás como que demasiado a la defensiva…
IGLESIA: Pues como no voy a estarlo con tantas otras religiones hoy en día que quieren alejarte de Dios. Parte de mi trabajo es recordarte que Dios desea tu compromiso. ¡Ahora resulta que cuando hago eso, yo soy la mala y me expongo a que me digan fanática!
JOVEN: ¿Y qué se supone que debo hacer? No estoy a gusto contigo y la manera en como haces las cosas. ¡Simplemente no eres para mí! (en voz bajita como para el mismo.) No estoy seguro de que quiera ser como tú.
IGLESIA: ¡Ashhh! Pues bienvenido al mundo real, ¡eh! (Se molesta y pierde el control, luego se controla. Le sonríe.) Lo siento. (Pensativa) Creo que he enfrentado ya muchos problemas para ayudarte a que te encuentres cómodo conmigo. Hay muchas actividades que he diseñado a las que te podrías unir. Creo que lo correcto es que tú hagas algo por mí porque yo ya he hecho mucho por tí. Si tú necesitas algo, ve como yo puedo ayudarte a tí mismo a suplirla. (Lo dice animada.)
JOVEN: Mmm… Sí, ¡como no! (Hace un lado la cara y hace una mueca de irónico.)
IGLESIA: ¡Claro que si! (Animada) No debes de sentirte como un extraño conmigo, aquí hay gente con todo tipo de intereses, y aunque no todos asistan a la misma escuela o no sean de tu edad, aun así tienen muchas cosas en común.
JOVEN: ¿Cómo que? ¿Que somos cristianos?
IGLESIA: ¡Exacto! (Pensativa, como para ella misma) Aunque no todos tienen a Cristo en su corazón… (Luego como si por fin hubiera entendido, muy animada)…y es por eso que debes acercarte más a mí, ¡para que unidos hagamos cosas que permitan que otros conozcan a Dios!
El joven la mira incrédulo, como que no puede creer que ella le este echando completamente la bolita de toda la responsabilidad a el. Ella lo mira y ve su reacción, se tranquiliza.
IGLESIA: Sé que realmente no he respondido a todas tus preguntas. (Lo mira a los ojos, un poco avergonzada.) Pero lo que he tratado de hacer es mostrarte de dónde tendrán que venir las respuestas.
JOVEN: (El la mira, confundido) ¿De dónde?
IGLESIA: (Sonriendo enigmática.) ¿Todavía no lo descubres?
El joven niega con la cabeza. La iglesia se acerca y lo abraza suavemente mientras caminan lentamente de nuevo hacia la parada del camión.
IGLESIA: ¿Recuerdas lo que Pablo escribió acerca de mí?
JOVEN: Tú eres el cuerpo y Cristo es la cabeza. (La mira y ella sonríe y asiente con la cabeza) Nosotros somos las partes del cuerpo. Algunos somos manos, otros son pies y luego otros son un hígado (con mala cara)… pero todos somos necesarios. ¿Cómo podría olvidar eso?
IGLESIA: (Suspira) Es triste, pero a veces, yo misma lo he olvidado. (Pensativa) ¿Recuerdas la historia acerca de la mano que estaba enojada porque no era ojo?
JOVEN: Por supuesto... Que sin embargo, es una parte del cuerpo...
IGLESIA: Así es, así que el hecho de que tú no te encuentres a gusto, que no te caiga bien, no significa que no eres parte del cuerpo. (Pensativa) De hecho, si recuerdo bien mi Biblia, Pablo dice que quienes están en Cristo son parte del cuerpo, ¡aunque digan que no lo son!
JOVEN: (Se siente derrotado, aplastado.) Así que si pertenezco a Cristo, pertenezco a la iglesia.
IGLESIA: (Radiante, sabiendo que le ha ganado.): Así es, no tienes escapatoria. Ahora lo que falta es ver si tú serás un miembro productivo o no. (Sonriendo) La mano debe estar dispuesta a dejar que el cuerpo la use.
JOVEN: Aunque eso también significa que el cuerpo debe estar dispuesto a usar a la mano.
IGLESIA: ¡Exacto! (Contesta sonriente.) Yo no puedo quejarme de que no seas uno de mis sólidos y confiables pies, porque tú tienes necesidades diferentes y también formas de servirme diferentes.
JOVEN: ¡Vaya! ¡Ya era tiempo de que alguien se diera cuenta de eso! ¿Y qué harás al respecto?
IGLESIA: Quizás debiera preguntártelo a ti. (Señalándolo a el). Podrías considerar antes de tener responsabilidades, ¿cuál es la voluntad de Dios en tu vida?
JOVEN: Bueno, en eso no había pensado, la voluntad de Dios no es clara para mí.
IGLESIA: Tu eres parte de mi y yo de ti, eso es claro y es parte de la voluntad de Dios. Muy a menudo actúas como si tu única alternativa fuera amarme incuestionablemente o abandonarme completamente. ¡Eso no es justo! Amarme realmente significa ayudar a hacer de mí todo lo que debiera ser.
JOVEN (Con cautela y cierto temor): ¿Estás diciendo que quieres que yo proponga cosas en la iglesia? ¿Qué haga cambios?
IGLESIA: Podría ser una opción. Es tu responsabilidad también la de encontrar la manera de hacer mejor las cosas para la gloria de Dios.
JOVEN: Lo que me estás diciendo es que de alguna manera necesito comprometerme contigo.
IGLESIA: Te necesito. ¿Y yo quisiera saber si tu estas dispuesto a ser un miembro que se deje usar por la cabeza que es Cristo? Tú eres parte de mí y yo de tí, y sin tí, no estoy completa.
La iglesia se calla y queda pensativa. Después de un momento lo mira a los ojos y le sonríe. La iglesia se da la vuelta y se comienza a ir. El joven queda callado y pensativo, la ve irse.
NARRADOR: Como dice Pablo a los Corintios: Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. 1 Corintios 1:10.
El joven, pensativo, reacciona y corre hacia la iglesia. Ella se detiene.
JOVEN: ¡Espera, Iglesia! Yo voy contigo, formo parte de ti, soy igual de importante como cualquiera de tus miembros, así que vamos, quiero ser fiel a Dios y servirle contigo.
La iglesia sonríe y juntos salen del escenario caminando.
Cierra Telón
Fin

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